La flacidez es la pérdida de tono y de firmeza de la piel y el tejido muscular. Esta pérdida está causada por la disminución de la elastina, encargada de proporcionar elasticidad a la piel, y el colágeno, encargado de aportar resistencia a la misma.
La flacidez de la piel se debe al proceso de envejecimiento que sufre la piel con el paso de los años. En cambio, la flacidez del tejido muscular se debe principalmente a la falta de ejercicio físico y a la vida sedentaria. Es un problema de estética corporal, ya que es uno de los signos más antiestéticos del envejecimiento.
Las zonas más afectadas por la flacidez corporal son la región facial, el cuello, la cara interna de los brazos, los muslos y el abdomen.
Para conseguir retrasar su aparición es importante realizar ejercicio físico y llevar un estilo de vida saludable ya que ayuda a estar en buena forma, lo que supone tener unos músculos fuertes y sanos que retrasarán la aparición de flacidez y se encargarán de mantener la piel firme.
Es recomendable usar cremas reafirmantes que ayuden a mantener la firmeza de la piel, así como evitar tomar el sol de forma excesiva.
Para combatir la flacidez lo mejor es recurrir a algún tratamiento que no requiera cirugía que ayude a estimular el colágeno de la piel como la radiofrecuencia, la mesoterapia con silicio organico y DMAE, la carboxiterapia , así como tratamientos con hilos tensores.
En IMV, efectuamos una combinación de estas técnicas, para conseguir una mejora de la flaccidez, tanto facial como corporal.