La toxina botulínica (BOCOUTURE® - BOTOX® - VISTABEL®) es una proteína producida por la bacteria Clostridium Botulinum que tiene la propiedad de alterar determinadas terminaciones nerviosas responsables de la contracción de los músculos. Una vez que la toxina entra en contacto con estas terminaciones, las altera produciendo parálisis muscular temporal. El efecto de la toxina es transitorio, de forma que las terminaciones nerviosas afectadas vuelven a la normalidad en un periodo de tiempo variable que no suele superar los seis meses. Es por este motivo que para mantener los resultados obtenidos se deben repetir las inyecciones con una determinada periodicidad.
Las microinyecciones son bien toleradas con molestia mínima o nula, se puede tomar si se desea un analgésico simple (sin aspirina) media hora antes del tratamiento. Puede aparecer algún pequeño hematoma, que desaparece espontáneamente en algunos días. Algunos pacientes refieren la aparición de cefalea (dolor de cabeza) en las 24-48 horas siguientes al tratamiento.
En algunos casos, se realiza a los 10 días un pequeño repaso en algunas zonas donde el resultado no haya sido el esperado. Los resultados no son definitivos y desaparecen a los 4-5 meses del tratamiento, por lo que las infiltraciones deben practicarse 2 veces al año. A veces si la sustancia migrara de la zona a tratar, podría ocasionar caída del párpado superior (Ptosis) temporalmente, aunque esto no es muy frecuente.
El paciente debe mantener la cabeza elevada durante las 4 horas que siguen al tratamiento. Evitar el ejercicio físico intenso o levantar objetos pesados durante las 4 horas siguientes al tratamiento.
Es recomendable evitar tocar o frotar la zona tratada durante ese mismo período de tiempo. La actividad frecuente del grupo muscular tratado hace que el tratamiento sea más eficaz. Es beneficioso intentar contraer las zonas tratadas regularmente durante las 4 horas que suceden al tratamiento.
Los mejores candidatos para recibir tratamiento, son aquellos pacientes que presentan, fundamentalmente, arrugas o surcos faciales producidos o agravados por la expresión facial. Entre este tipo de arrugas se encuentran las del entrecejo, las arrugas transversales de la frente y las patas de gallo.
Además, la toxina botulínica puede emplearse para tratar la hipersudoración de las axilas, palmas de manos y plantas de pies.
El tratamiento se realiza en una única sesión, que puede durar unos 10 minutos. El paciente se reincorpora inmediatamente a sus actividades habituales. Como norma, el efecto suele empezarse a notar a las 48 horas de la punción, alcanzándose la efectividad total alrededor de la semana. Pasados unos tres meses la efectividad va disminuyendo y, por tanto, el paciente irá recuperando gradualmente la movilidad, reapareciendo las arrugas aproximadamente a los 5 meses.